lunes, 27 de julio de 2009

¿Como tener una buena relación de pareja?


Como seres sociales, dentro de nuestra naturaleza está el interactuar con otros, vivir en pareja y tener una vida afectiva con un compañero. Sin embargo una de las grandes preguntas de las parejas es como hacer para tener una buena relación, en la que se sientan cómodos y motivados. Trascendiendo la costumbre y logrando una verdadera calidad de vida en conjunto.

En primer lugar, para que la persona pueda desarrollarse en pareja, debe haber aprendido a estar bien consigo mismo, sin necesidad de un compañero. Esto quiere decir que la relación no puede estructurarse en la necesidad o el miedo. Muchas personas buscan a través de la pareja, alcanzar la felicidad que les falta. Es importante recalcar que no se puede depositar en otro la realización de vida y esperar que la pareja llene un vacío propio. Por lo tanto antes de tener una relación la persona debe buscar responder cuestionamientos internos como: que es lo que quiere de la vida, cuales son sus metas, sus creencias, saber lo que le gusta, hacia donde se proyecta, y aprender a estar en paz consigo mismo. Cuando las dos personas se unen para una relación deben antes sentirse completos por si mismos, de esta forma al unirse la pareja se desarrolla de forma sana.

Muchas de las peleas se originan, porque la persona al no sentirse feliz por sí misma empieza a presionar al otro hasta llegar a asfixiarlo, pretende convertir a la pareja en el padre o madre que nunca tuvo, en el protector, en el que cura y en el maestro. Es decir se depositan expectativas irreales, que no le corresponden llenar al compañero. Hay que tener mucho cuidado de no convertir a la pareja en padre o madre, ya que muchas personas al haber tenido un hogar deficiente buscan casarse para irse de la casa y esperan que la esposo/a se convierta en el salvador de todos los problemas de la vida. Con el tiempo el sujeto se da cuenta que la pareja no le da todo lo que esperaba y se siente frustrado, cree que no es amado lo suficiente y empiezan los problemas.

En las primeras estapas de enamoramiento la persona se ve envuelta en nuevas sensaciones, que le hacen sentir feliz, pero a medida que pasa el tiempo los químicos del enamoramiento cambian y la persona se siente desilusionada. En los dos primeros años de enamoramiento el cerebro produce sustancias químicas como la feniletilamina que dan al individuo esa sensación de estar en las nubes o de sentir mariposas, la dopamina que nos lleva a buscar prolongar el placer y la testosterona que fomenta el deseo sexual, pero este cóctel de neurotransmisores es algo temporal. Naturalmente con el tiempo el enamoramiento cambia y la persona puede creer que dejó de querer, porque ya no se siente “flotando”. Hay que tener mucho cuidado con este tema, ya que por más intensa que sea una relación inicialmente, con el tiempo esta se transforma y los dos se habitúan a la compañía mutua. Por lo tanto, la idea de pasión eterna que nos venden las películas y las novelas, no es igual en la realidad. Las relaciones reales tienen días buenos y malos, días de pasión y días tranquilos, no todo el tiempo las personas pueden vivir embebidas en el fuego de la atracción y de las mariposas sin que esto signifique falta amor.

Muchos de los divorcios se dan, porque se acaba esa chispa o magia inicial que no es más que una transformación normal de los químicos del cerebro, por la habituación a la compañía del otro. Cuando esto ocurre prevalecen otros químicos como la oxitosina que fomenta el cariño y la cercanía de una forma más tranquila. Por consiguiente, hay que tener claro que estos procesos son naturales y que el cambio en la dinámica de la relación es normal.

Otro aspecto que es de fundamental importancia para que la relación crezca y se fortalezca, es tener metas en común. Caminar juntos hacia una dirección determinada, trabajar como equipo fortalece la alianza y los convierte que en cómplices que se apoyan para llegar al objetivo. Estas metas le permiten tener a la pareja puntos de cohesión, cosas que compartir y sentido para luchar juntos. Muchos esposos comparten la meta de criar a los hijos y ese es el único punto que tienen en común. Se recomienda que más allá de los hijos, los dos observen en que se parecen, y que busquen una meta, por la que puedan trabajar juntos. Este es un secreto que mantiene unidas a las parejas, compartir un ideal.
Además, el tema espiritual es muy importante, tener valores similares fortalece la relación y mayormente, apoyarse en el crecimiento como individuos. Casarse no es el final del cuento, es abrir la posibilidad de caminar con alguien de la mano, en la búsqueda del desarrollo personal, intelectual, espiritual, humano y laboral. La pareja deber ser una fuente de inspiración y apoyo en el crecimiento interno del otro.

El respeto es otro pilar importante para que la pareja funcione, se deben evitar palabras hirientes, gritos y agresividad. Es natural que existan diferencias, pero estas deben arreglarse dentro de una conversación diplomática, sin que esta llegue a convertirse en una guerra de poder. Muchas veces “cuando uno pierde, gana”, ceder en las discusiones puede generar empatía en el otro, tranquilidad mutua y posteriormente el otro aprenderá que la discusión, no es una competencia por tener la razón. Dentro del respeto está implicado el hecho de cumplir acuerdos de fidelidad, orden, puntualidad, etc. Hacer las cosas en las cuales se han comprometido, para tener una convivencia agradable y llevadera.

No debemos olvidarnos de la importancia que tiene romper con la rutina, las parejas deben buscar actividades divertidas y placenteras que compartir juntos. Parte de la vida es disfrutar y ser feliz, no por estar en pareja los individuos deben llenarse únicamente de responsabilidades, dejando a un lado el tema de la diversión. Si no se relajan, no se divierten y no comparten momentos agradables, la vida sexual puede verse afectada. Por lo tanto se debería por lo menos una vez a la semana compartir algo que a los dos les guste y les divierta, por ejemplo caminar en el parque, salir de paseo, hacer deporte juntos, pintar, salir a cenar, al cine, a bailar, etc. Depende de los gustos y es muy importante utilizar la creatividad para crear nuevos escenarios, impidiendo que la relación se vuelva monótona.

Para que la parte sexual funcione la pareja debe estar bien en el aspecto emocional, si la pareja está compenetrada, se entiende, se comunica, se lleva bien, disfrutan de la vida, se divierte, se tratan con respeto, la parte sexual funcionará adecuadamente, a menos que existan problemas de índole fisiológicos. Por lo tanto cuando existen problemas sexuales se recomienda observar que es lo que tiene distanciada a la pareja emocionalmente y trabajar en ello. Si los problemas sexuales son físicos, se recomienda consultar con un especialista. Muchas veces los rencores, la falta de perdón de errores del pasado minan a la relación y con esto la parte sexual también se ve deteriorada. Se debe dejar el pasado atrás y perdonar los errores del otro, ya es estos son naturales en los seres humanos. Cuando algún miembro de la pareja ha cometido un error, se recomienda saber pedir perdón y saber perdonar, porque los conflictos no resueltos pueden quedarse guardados y con el tiempo convertirse en inmensos problemas, difíciles de manejar. Se debe buscar compartir y conversar, esto será un gran paso para mejorar problemas sexuales que aparezcan en el camino.

Son muchos los elementos que entran en juego, para tener una relación de pareja plena, esto demanda un trabajo constante con caídas y subidas. Pero lo más importante es querer lograrlo, la constancia, no dejarse vencer por las dificultades y mantenerse diariamente en pie, trabajando para alimentar el amor. Cada día es una oportunidad; con dedicación, ganas y compromiso, es posible una vida feliz de pareja.


Publicado en la revista Metrohoy

Psicóloga Adriana Fornasini G.